Llegó con un amplio consenso de una directiva que esperaba que su cargo en la Selección mexicana sea fijo; con una aprobación de los seguidores pocas veces vista en un entrenador entrante por su brillante gestión en todos sus años como entrenador, pero particularmente en Tigres.

Sin embargo, Ricardo Ferretti se despidió de su interinato con mucha más pena que gloria, con un rendimiento que preocupó y con unos números que ni siquiera maquillaron la crisis de identidad que vive México desde hace mucho tiempo, y que se pensaba que se podía llegar a superar antes de la partida de Juan Carlos Osorio.

De todas formas, y sabio como es, el paso de El Tuca por México fue una bajada a la realidad para todos los seguidores. Para que de una vez por todas reconozcan el lugar que ocupa el Tri a nivel mundial.

Fueron seis encuentros, con cinco derrotas y sólo una victoria, ante Costa Rica.

 

 

Los cuatro goles reflejaron la falta de gol de un equipo que le cuesta horrores generar situaciones. Los 12 goles en contra no hicieron más que evidenciar la fragilidad de una defensa que todavía no encontró a sus mejores intérpretes y que necesita cambiar con urgencia.

Gerardo Martino tendrá mucho trabajo por delante. El tiempo apremia, pero no parecen haber más opciones que las de mirar a largo plazo.