Aunque su elección ha sido mantener un bajo perfil, teniendo en cuenta que está casada con el mejor entrenador del fútbol argentino, cada vez que tuvo la ocasión Geraldine La Rosa se encargó de remarcar que ella nunca ha querido vivir como una botinera.

La mujer de Marcelo Gallardo fue modelo en su juventud y hoy se destaca como diseñadora, actividad que la pone muy lejos de la necesidad de vivir con su marido.

Abordada por un cronista de Los Ángeles de la Mañana, Geraldine aprovechó para diferenciarse de Wanda Nara, la mujer y agente de Mauro Icardi.

 

 

Consultada sobre la posibilidad de convertirse en la representante de Gallardo, elle fue contundente: "Todo bien con Wanda Nara, pero jamás sería representante de mi marido".

¿Recogerá el guante la reina de las botineras?