Cuando los San Francisco 49ers adquirieron a Richard Sherman lo hicieron con un objetivo único en mente: tener una defensiva secundaria capaz de frenar a los mejores mariscales de campo del mundo.

Sin lugar a duda, Sherman logró este objetivo, prácticamente blanqueando todo su sector del campo, a excepción de una jugada grande en la que Davante Adams acumuló 65 yardas por la vía aérea.

Sherman interceptó a Aaron Rodgers para culminar con las aspiraciones de remontada de los Green Bay Packers, llevando a los 49ers al Super Bowl para hacer la tercer aparición de su carrera.

Posteriormente, el esquinero estrella se vio total y completamente abrumado por la emoción de regresar al juego más importante del año, donde jugará por ganar su segundo trofeo Vince Lombardi.

Sherman, sin embargo, tendrá una tarea sumamente complicada dentro de dos semanas, pues deberá enfrentarse nada más y nada menos que a Patrick Mahomes y Tyreek Hill, un dúo más que letal.