Los antecedentes de un jugador polémico, acostumbrado a estos tipos de escándalos. La patada al cuello a Biglia, la pelea con un compañero en pleno partido, la provocación a Messi, entre otras conductas antideportivas.

"Si no fuese futbolista hubiese sido un asesino". La frase la dijo hace más de dos años Felipe Melo (33), uno de los protagonistas en el escándalo por Copa Libertadores entre Palmeiras y Peñarol en Uruguay.


Pero no es el primer hecho antideportivo en una cancha de fútbol. En diciembre de 2015, cuando jugaba para el Inter de Italia, le dio una brutal patada a Lucas Biglia, jugador argentino de la Lazio.


Antes, en pleno partido de la final de la Copa de Turquía que Galatasaray, el equipo para el que jugaba, le ganó al Bursaspor. ¿Qué hizo? Discutió con Sabri Sarioglu y hasta pudieron llegar a los golpes.

En noviembre de 2016, durante la previa de un partido que Brasil debía jugar con la Selección Argentina, publicó un provocador mensaje en Twitter que decía: "Tuve la oportunidad de ganar más que ellos y sé lo bueno que es el sabor de la victoria en este clásico",
texto que acompañó con una imagen en la que se lo ve confrontando con Lionel Messi.