Cuando se enfrentaron ambas selecciones, el crack argentino habló con el flamante refuerzo y le expresó sus ganas de que juegue en el Barcelona. Y así pasó.

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El encuentro amistoso entre Argentina y Brasil dejó más que algunas buenas sanciones para Jorge Sampaoli, que debutaba como DT de Tite, que justamente en ese partido perdió el invicto como entrenador del elenco carioca.

En el 1-0 para los albicelestes, Paulinho era consciente que el Barcelona había sondeado a sus agentes, pero que, en ningún caso, ni sus representantes ni él daban como cierto su salto al Camp Nou.

Terminado el encuentro y tras los saludos de rigor entre futbolistas de ambos equipos, Leo tiene a Paulinho cerca. Se intercambian las camisetas y el 10 le suelta “te espero en Barcelona”. El brasileño se queda helado, sin palabras. Agradece el cumplimiento y vuelve hacia el vestuario preguntándose cómo Messi conocía del interés blaugrana.

Dos meses después, el fichaje del volante paulista ya es una realidad, previo pago de 40 millones de euros. Y Messi y Paulinho compartirán, a partir del jueves, vestuario y proyecto deportivo bajo la batuta de Ernesto Valverde.