La Pulga siempre marcó goles y asistió, pero ante Eibar dejó claro que ahora también lidera el armado de juego.
$bp(“Brid_85197278”, {“id”:”6126″,”width”:”100%”,”height”:”400″,”video”:”108327″});
Su velocidad y calidad para definir lo obligaron siempre a estar cerca del arco rival, ya sea para definir o asistir; pero siempre para darle desenlace a las jugadas.
Su convivencia con monstruos como Xavi o Iniesta lo deslindaron de ese compromiso en la creación, el cual sufrió mucho cuando en la Selección Argentina tuvo que tirarse atrás ante la falta de socios al nivel de los españoles en la zona de la gestación.
Pero la evolución de Messi era inevitable. Xavi ya no juega con él e Iniesta ya no tiene la continuidad para asumir ese rol. Hoy su mayor socio es Suárez , quien tiene la misma o hasta quizá más hambre de gol. Hoy el fútbol de posesión total no lo practica ni el propio Guardiola y la idea de Luis Enrique está inscripta en la moda de transiciones rápidas.
Ante Eibar dejó a sus compañeros de cara al gol en incontables situaciones, pero no tuvieron puntería.
Ahí Messi encontró un nuevo rol, para el cual siempre estuvo capacitado, pero que ahora ha logrado potenciar por estos factores ya mencionadas.
Messi es cada vez menos ese jugador intermitente que podía estar esperando el momento indicado, leyendo movimientos. Ahora es el director de la orquesta. Se acerca atrás a tocar cuando el equipo lo necesita. Elige para cuál costado será la jugada, si el ataque será lento o rápido. Todo pasa por él.
La experiencia misma lo iba a llevar por este camino, era ineludible. Seguro se las ingenie para seguir rompiendo récords, aunque ya pasó el tiempo para eso. De ahora en más veremos un Messi quizá con menos hattricks y botas de oro, pero uno más completo, uno mucho más genial. Mucho más genial aún.
+ Su partido completo ante Eibar
$bp(“Brid_85197506”, {“id”:”6125″,”width”:”100%”,”height”:”400″,”video”:”108328″});