Un 25 de abril del 2016 quedó marcado en la carrera de Tom Brady como uno de los pocos tachones a largo de una trayectoria de triunfos y récords. El quarterback de los New England Patriots fue declarado culpable por desinflar balones y violar los requerimientos de la NFL.

Todo empezó en la Final de Conferencia Americana (AFC) del 2015 (correspondiente a la temporada 2014) en la que los Patriots le dieron una paliza a Indianapolis Colts por 45 a 7. Algo extraño hubo en ese juego y la NFL empezó a sospechar. Luego de una investigación, la liga concluyó que Brady tuvo una “conducta en detrimento de la integridad”.

La baja presión de los balones del juego entre Patriots y Colts no fue por las condiciones climáticas, sino que terminó siendo consecuencia de un proceso premeditado hecho por el personal de New England según la NFL. La liga le impuso cuatro partidos de sanción a Brady y lo acusó de enviar la orden de destruir su celular y borrar casi 10.000 mensajes antes de ser entrevistado en la investigación.

Tom no se quedó con las manos cruzadas y logró que la Asociación de Jugadores (NFLPA) contrademandará y pidiera anular la suspensión al quarterback de los Patriots. Hasta ese momento, Brady se salió con las suyas porque el juez del distrito Richard Berman anuló  el castigo y el quarterback pudo jugar de principio a fin la temporada 2015. 

 

La sanción a Tom Brady por desinflar balones en la NFL

Cuando parecía que todo iba quedar en olvido apareció la decisión de un tribunal federal de apelaciones (25 de abril del 2016) que revocó la anulación del castigo y ordenó que Tom Brady cumpliera los cuatro partidos de suspensión impuestos por desinflar balones. De esta manera, el mariscal de campo se perdió los primeros cuatro juegos de la temporada 2016 y la justicia de Estados Unidos le dio la razón a la NFL.