El clásico rioplatense exige poner todo contra una selección uruguaya que se destaca por su aguante y garra a la hora de pelear la pelota.

Lionel Messi lo entendió más que nadie en un jugada que parecía que se la sacaban los volantes charrúas pero el jugador del Barcelona mostró que lo de él no es solo calidad.

Amagó a uno, se cayó y desde el piso dio una vuelta para quedarse sin problemas con el balón. Un moviemiento a puro esfuerzo y habilidad para demostrar que no da ninguna por perdida.

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El 10 es, por lo lejos, lo mejor de una Argentina que le cuesta romper la defensa de la Celeste y que cae 1 a 0 con un golazo de Cavani.

Tendrán que despertarse los compañeros del capitán si quieren dar vuelta el amistoso y poder demostrar que están al nivel para ser candidatos de la próximo Copa América.