Diego Armando Maradona es un ser impulsivo, sin duda. Así lo fue cuando estaba en su mejor momento de amor con Rocío Oliva.

Junto a su expareja, cada uno se había tatuado el nombre del otro, para llevarse por siempre en la piel.

Pero bueno, la cosa cambió y ahora el entrenador de Dorados de Sinaloa parece haberse arrepentido, queriendo tapar la tinta que lleva sobre su bicep derecho.

La decisión que habría tomado, sería taparlo de manera muy curiosa: con una histórica imagen de Juan Domingo Perón y Evita. 

El 10 ya tiene un retrato del Che Guevara y sabe que si de algo no va a cambiar, es de ideología política.