Boca ganó con holgura por 2-0 ante Lanús y sacó cupo para la final de la Copa Argentina, en medio de la definición por el campeonato. Lodeiro y Tevez, los goles.
Debía recuperarse de un pálido partido ante Racing. Obligación para llegar a la última instancia del torneo en juego y para darse ánimo de cara a una incógnita, como es el enfrentamiento ante Tigre. Afrontó y cumplió el equipo de Rodolfo Arruabarrena.
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Como en la mayoría de los encuentros por Copa Argentina de Boca, con Carlos Tevez en sus filas, el comienzo fue bueno, en juego y goles. Casi llegando al cuarto de hora, Marcelo Meli fue bajado con falta por Diego Braghieri en el área; Nicolás Lodeiro abrió el marcador desde los doce pasos, rol característico del Diez que le dejó la responsabilidad al charrúa.
El Granate sufría, particularmente en su última línea, el dominio xeneize. Por decantación llegó el 2-0: Tevez le ganó por físico, experiencia y viveza un pase perdido al marcador de punta rival, para después definir mano a mano ante Matías Ibáñez.
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En un nivel muy distinto al esgrimido en Avellaneda el domingo pasado, Boca salió al segundo tiempo con la misma intensidad y plasmó un similar poderío en el campo de juego. Mientras que los de Guillermo Schelotto, sin ideas, no inquietaron el arco de Agustín Orion. El propio entrenador evidenciaba su frustración en el banco.
Desde la primera parte el encuentro estaba sentenciado, por responsabilidad del Xeneize y culpa del Granate, que pecaba de nervioso en muchas ocasiones. La más representativa fue la infracción brusca grave de Gustavo Gómez sobre Tevez que lo sacudió por el aire. Laverni no dudó en expulsar al zaguero central. Sobre el final, Matías Fritzler se fue por la misma con una patada a Calleri.
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+Tevez: “Hay chicos que no saben los que es ganar algo en Boca”.
