Zion Williamson ha tenido una temporada muy vertiginosa. El que es el prospecto con mayores esperanzas de los últimos 10 años, ha tenido un problema que ninguno de los jugadores con los que fue comparado han padecido: las lesiones. LeBron James, Kobe Bryant, Shaquille O'Neal, etcétera, no han tenido lesiones importantes en el comienzo de su carrera. Zion es distinto. 

 

New Orleans Pelicans ha demostrado que necesita de su máxima figura para poder ser candidatos y codearse con los mejores. Sin emabrgo, la salud y el futuro de Williamson resultan más importantes y así lo ha dejado más que claro en varias oportunidades su entrenador, Alvin Gentry

Gentry ha demostrado con sus palabras y sus acciones que nunca apurará a Zion. Conoce, de antemano, que hacerlo es seguir perjudicando una rodilla que ya ha tenido bastante trabajo en la pretemporada y lo seguirá teniendo por el resto de la carrera, siempre y cuando Williamson pueda correr de la manera correcta. 

El jugador de los Pelicans está trabajando duro: ha realizado más de un turno por día para convertir la grasa en músculo, pero además se ha esforzado para modificar sus pasos y correr balanceando el apoyo en ambas piernas. Una mala costumbre que la traía desde su época colegial y la universidad de Duke, resultando un punto fundamental en los dolores de ahora.

 

 

Lo cierto es que el riesgo a que vuelva a tener una lesión de rodilla seguirá estando, razón por la que no quieren arriesgarlo de más en tantos partidos juntos en tan poco tiempo y la presión extra de clasificarse a postemporada. Mientras menos lo utilicen, no aparezcan nuevos dolores y los resultados se mantengan, todos saldrán favorecidos.