El mundo del deporte puede (y suele) ser un ámbito machista y con amplio dominio de los hombres en cuanto a profesionales, árbitros, entrenadores y demás. Sin embargo, esas barreras parecen estar cayendo en la NFL, donde muchas mujeres han comenzado a hacerse un espacio entre las filas del futbol americano en su máximo nivel.
Primero fue la llegada de Jennifer Welter a los Arizona Cardinals en 2015 como asistente en la defensiva, aunque no integró la plantilla para la temporada. Luego, en 2016, Kathryn Smith fue la primera en tener un puesto de tiempo completo con los Buffalo Bills y un año más tarde varios equipos contrataron mujeres asistentes en el cuerpo de entrenadores.
Entre las varias contratadas estuvo Katie Sowers, quien llegó a los San Francisco 49ers de la mano de Kyle Shanahan para formar parte del staff de la ofensiva. A sus 33 años, la entrenadora se convirtió en récord ya que será la primera mujer en ocupar un rol dentro de un Super Bowl.
Sowers tiene una vasta experiencia jugando futbol americano, ya que estuvo en dos equipos de la Women’s Football Alliance (West Michigan Mayhem y los Kansas City Titans) y también integró la selección nacional femenina de Estados Unidos en 2013, con la que ganó el Mundial organizado por IFAF.
Curiosamente, la entrenadora nació y jugó para un equipo de Kansas City, rival de sus actuales San Francisco 49ers, por lo que, de seguro, habrá gente en casa con el corazón dividido en el gran juego. Sin embargo, el rol de Sowers en este partido será mucho más importante que el resultado, ya que implica un paso más hacia la equidad de género y conseguir que comiencen a eliminarse ciertos prejuicios.
Además, ya se había convertido en un hito rompiendo otra barrera en 2017, al ser la primera entrenadora abiertamente homosexual en toda la historia de la liga.
Hasta ahora, la mujer que había estado más cerca de un Super Bowl había sido la jueza Sarah Thomas, quien fue la primera oficial de tiempo completo para la NFL y luego la primera en dirigir un juego de postemporada en la Ronda Divisional de 2019, cuando estuvo en el choque entre los New England Patriots y Los Angeles Chargers.