Ariel Ortega es ídolo de multitudes. Los hinchas de River lo aman y supo ganarse el respeto de la gran mayoría de fanáticos del resto de los equipos del fútbol argentino. 

Su historia de superación y su humildad hacen que cada gesto que tenga sea bien recibido por propios y ajenos. 

Esta vez, el Burrito pasó por su tatuador de confianza para retratarse a si mismo en su hombro. En el dibujo, se puede ver a un Ortega en sus inicios abrazándose con uno ya consagrado, ambos con la camiseta de River, el club que lo vio triunfar. ¡Qué grande, Burro!

 

+ El Burro pierde el pelo pero no las mañas: