Meses atrás, Rodrigo Mora no sabía si volvería a jugar al fútbol, producto de una necrosis osteoarticular en la cadera, que impedía que el flujo de sangre le llegara a los huesos. En realidad, los que tenían dudas eran los demás y no el uruguayo, quien siempre estuvo preparado para volver.

Tanto esfuerzo, tanta perseverancia, tuvo su premio mayor este miércoles 14 de febrero, con la coronación de River como campeón de la Supercopa Argentina, nada menos que ante Boca.

Y en el desahogo del uruguayo, las lágrimas fueron incontenibles, dando lugar a uno de los momentos más emotivos de la noche mendocina y conmoviendo, sin temor al error, incluso a algún que otro hincha Xeneize.

"Cuando ganamos la Copa Argentina, me mentalicé para poder jugar este partido. Logramos el objetivo que era ganar y ahora hay que disfrutar", expresó Rodrigo Mora, todavía conmovido por el título colectivo y por su gesta personal.