Más allá de los títulos, récords, canastas imposibles y tiros épicos, Michael Jordan tuvo y tiene un impacto que salió de las canchas de la NBA y entró en los corazones de aquellos fanáticos que se morían por una foto, autógrafo o un simple recuerdo de la leyenda viviente de los Chicago Bulls.

Ericka N. Goodman-Hughey, editora senior de ESPN, contó una historia personal que retrata lo que estaba dispuesto hacer una adolescente con tal de comprar las famosas zapatillas de Michael: Air Jordan. El fanatismo por el mítico jugador de la NBA no tenía límites.

A finales de los años 90, Goodman-Hughey era una adolescente de 15 años que lo único que quería era tener las zapatillas de Michael y con la convicción de la juventud que nada es imposible diseñóun magnífico plan durante dos meses para ahorrar el dinero suficiente y comprarse las Air Jordan.

La mesada que le daba la madre a Ericka era de $5 dólares así que decidió comprar el combo de alimentos más económico de su colegio: galletas de mantequilla y patatas fritas blandas. Esta comida le permitía a Goodman-Hughey ahorrar $3.75 dólares diariospara queel sueño de tener el calzado representativo de Jordan estuvieracada vez más cerca.

El sueño de una niña por tener las zapatillas de Michael Jordan

Ericka N. Goodman-Hughey sabía que si le pedía las zapatillas de Michael Jordan a su madre, por ese entonces costaban $120 dólares, la respuesta sería negativa. No hubo alternativa, la hoy editora de ESPN se alimentó de comida chatarra, poco saludable, y logró el objetivo.

Tras dos meses de comer galletas y papas fritas en el colegio, Goodman-Hughey cumplió su sueño y al abrir la caja que traía las Air Jordanlo primero que se le vino a la mente fue el sexto juego de las Finales NBA de 1996 en el que Michael ganó el cuarto campeonato NBA.

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“Las zapatillas aportaron una dosis del talento, estilo y espectáculo de Jordan a mi ser de 15 años”, confesó Ericka Goodman-Hughey.