El defensor argentino contó que jugó en el Ancona de Italia solo porque su abuelo había venido de ahí; la aventura duró poco ya que no pagaban y encontró destino mejor en el América de México.

Oscar Ruggeri es uno de los mejores defensores que dio la historia, al menos a nuestro criterio. Si bien no tenía la técnica de los cracks, su fiereza y temperamento le permitieron forjar una carrera de tal; jugó en River, Boca, Real Madrid, América y fue campeón del mundo con la Selección Argentina en México 86.

Supo ser DT también, aunque hoy se lo ve cómodo en la TV, lo que le dio soltura para las anécdotas, algo que ya de todas formas lleva en su carisma. Esta vez, en diálogo con Radio Metro, ahondó en su paso por el Ancona de Italia: “Quería estar ahí, conocí un pueblo de todos Ruggeris, sobre el Adriático.”

Estamos hablando del año 1992, con un Cabezón ya consagrado. Como su abuelo había nacido en Ancona, el día que le llegó una oferta del humilde club a orillas del Adriático, ni lo dudó. Dejó Vélez y se emprendió en la aventura, aunque nunca había escuchado sobre la existencia del club, entonces en Serie A.

En Ancona jugó 7 partidos metió 1 gol, en América 27 y 4.

El presidente, millonario, era constructor de autopistas, hacía todas las obras públicas… qué iba a hacer. Hacía 10 metros y no hacía más nada. Al mes que yo firmo el contrato lo metieron en cana. No cobramos“, contó Ruggeri. No le quedó otra que buscar una salida: “Jugué nada, jugué un poquito, y me fui al América, porque no pagaban. Me fui al América de México, que es el Real Madrid en México“.

A pesar de haber jugado poco y no haber visto un peso, hoy recuerda con alegría la experiencia: “Estaba bárbaro, no sabés cómo morfábamos. No jugaba tanto, estuve de vacaciones.”, cerró el Cabezón. Lo queremos mucho.

+ Para cerrar, esto pasó cuando se midió ante la Fiorentina de Batistuta

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