Guillermo Barros Schelotto dispuso un primer entrenamiento de lo más extraño en Madrid, mezclando titulares y suplentes en la práctica de fútbol que no permitieron tener ni el más mínimo indicio de un ´posible once titular.
Más extraño todavía fue que uno de los que más se haya lucido en ese primer entrenamiento de Boca en el predio de Las Rozas haya sido Carlos Lampe, tercer arquero en la consideración del entrenador.
Es que las 11 horas de viaje hicieron que los futbolistas de Boca no estuvieran sueltos en la práctica de fútbol, donde casi no hubo acciones para destacar más allá de un penal marcado por Wanchope Ábila y otro que Andrada le atajó a Tevez.
Tampoco en los ejercicios de remates de media distancia los jugadores del Xeneize mostraron estar finos. Pero a quien sí se lo vio a tope fue al arquero boliviano, que tapó todo lo que le patearon Guillermo, Gustavo y Ariel Pereyra; y solo recibió un gol del entrenador. Claro, le servirá de poco a la hora de ganarse un lugar en la definición histórica de la Copa Libertadores.