Un año en Boca es como un siglo en cualquier otro club del fútbol argentino y del mundo. Si alguien no cree esto, habría que preguntarle a Ignacio Miramón su opinión. El chico de apenas 22 años llegó como refuerzo estelar desde el Lille de Francia por pedido de Diego Martínez para reemplazar a Equi Fernández en agosto del 2024.
Hoy, 11 meses después, Boca cambió tres veces de entrenador y, salvo el ex Tigre -quien pidió por su fichaje-, ninguno lo tuvo en cuenta. Con Fernando Gago, Mariano Herrón y ahora con Miguel Ángel Russo, el volante central surgido en Gimnasia corrió de atrás en un puesto superpoblado. Esto se acrecentó en las últimas semanas con la llegada de Leandro Paredes.
Miramón apenas llegó a disputar 20 partidos como futbolista de Boca y solo tres de ellos fueron en este 2025. De hecho, este año solo participó en 101 minutos, todos ellos con Gago como entrenador. Para Russo, el rubio que todavía pertenece al Lille es prescindible, y es por eso que quedará fuera de los convocados una vez más. En esta ocasión, para el compromiso ante Huracán.
Ya es un hecho que el ciclo de Ignacio Miramón en Boca está cerrado. Un préstamo de 18 meses que no salió como Boca esperaba, y una opción de compra de 3.5 millones de dólares que no ejecutarán. A pesar de los distintos perfiles, se repetirá la historia que sucedió con Martín Payero y Ezequiel Bullaude.
Los tres, junto con Miramón, llegaban desde Europa a préstamo para reforzar al equipo y para relanzar sus carreras. A fin de cuentas, todos los casos terminaron igual. El ex Gimnasia se quedará en Boca a cumplir los meses de contrato restantes a préstamo, sin ser tenido en cuenta salvo una necesidad extrema, y regresará a Lille tras un paso sin pena ni gloria por Brandsen 805.
