Solo alcanza con ver el resultado para entender lo que fue la noche de Boca en Mendoza. El equipo de Jorge Almirón la pasó mal de principio a fin y fue goleado por Godoy Cruz, que aprovechó el desconcierto (así lo definió el DT) defensivo de su rival. Una jornada olvidable para el Xeneize.

La historia estuvo torcida desde el comienzo para la visita, que se fue al descanso perdiendo por dos goles producto de groseros errores en el fondo (insólita mano de Weigandt en el primero y floja marca de Figal en el segundo). El entrenador reveló lo que habló con los suyos en el entretiempo.

“Les dije que lo importante era que el equipo se mantuviera en partido, que no reaccionaran mal y no nos dejaran con un jugador menos, porque era un momento difícil. En el segundo tiempo, en el mejor momento, nos hicieron el tercer gol”, dijo el DT en conferencia de prensa.

Ese pedido tiene que ver con una tendencia que mantiene Boca desde hace tiempo y que le trajo muchas consecuencias: las expulsiones. Pese a que terminaron los 11 en cancha, el complemento tampoco fue bueno.