Felipe Melo es confeso hincha de Boca, y el partido entre Fluminense y River no es uno más para el mediocampista brasileño. Y como es un duelo picante correspondiente a la CONMEBOL Libertadores, el ex Juventus jugó si no hubiese un mañana.

 

El encuentro era de ida y vuelta, ambos equipos generaban situaciones de peligro, pero ninguno lograba destrabar el marcador. Pero cuando quedó una pelota dividida, Felipe Melo mostró todo su potencial, su físico y su temperamento.

A pesar de que André fue a trabar con Nacho Fernández, el mediocampista central llegó con los dos pies hacia adelante y tumbó al 10 de River. Automáticamente, se generó el tole-tole en el centro del campo, donde los jugadores argentinos reclamaban la tarjeta roja para el futbolista con el dorsal 30.

Si bien desde el VAR no llamaron al árbitro uruguayo Esteban Ostojich, Martín Demichelis y todo su cuerpo técnico también reclamaron la expulsión para quien estaba jugando como marcador central.

En un partido muy caliente, y con muchísimo en juego, el brasileño se puso la piel azul y oro para medirse ante el Millonario, y no se achicó en ningún momento.