Antes de que Cristiano Ronaldo y Lionel Messi se repartieran el Ballon D’Or durante más de una década, el fútbol tenía otro rey: Ricardo Izecson dos Santos Leite, mejor conocido como Kaká. Un jugador brasileño que supo eclipsar a toda una generación, ser elegido como el mejor del mundo y ganarlo todo.
Muchos recordarán a Kaká por su etapa en el AC Milan, con el cual ganó una histórica Copa Intercontinental a Boca y dominó el fútbol europeo, con la conquista de la Champions League, en el año en el que fue elegido como el mejor jugador del mundo.
Tal vez por su paso en Real Madrid, en aquella primera etapa de Cristiano Ronaldo. O bien por formar parte de la Selección de Brasil más talentosa de la historia, en la que compartió delantera con Ronaldo, Ronaldinho, Adriano y Robinho, entre otras leyendas.
No obstante, su debut futbolístico se dio en el 2001, con el Sao Paulo y antes de emigrar al fútbol europeo, ya era campeón del mundo. Kaká formó parte del último seleccionado de Brasil en ganar una Copa del Mundo. Fue en Corea-Japón 2002, aunque apenas jugó unos 20 minutos en la victoria por 5 a 2 ante Costa Rica, en Fase de Grupos. Aquel Brasil se quedaría con el quinto mundial en su historia. Luego Kaká tomaría un rol preponderante, y sería la figura en las conquista de la Copa Confederaciones 2005 y 2009.
Un accidente casi lo priva de jugar al fútbol
A pesar de haber nombrado varios de los logros de Kaká en el fútbol, la realidad es que la fortuna le sonrió en un momento crítico de su vida. Un accidente, de adolescente, que lo pudo haber dejado paralítico.
Pero no hay nada como su propio relato para reconocer la magnitud de esta historia: “Me pegué en la cabeza y me rompí el cuello al chocar con el fondo. En el hospital, el médico me dijo: ‘¿Te sientes bien?’. Dije que sí. Le pregunté cuándo podía jugar de nuevo y me dijo: ‘Ricardo, tómalo con calma, no hagas esa pregunta, es un día para agradecer, te pudiste quedar sin caminar’. Me asusté y me di cuenta que fue un accidente muy peligroso”.
A partir de ese momento, Kaká se acercó a la religión e incluso portó una camiseta con la leyenda ‘I belong to Jesus’ (le pertenezco a Jesús) en las conquistas de la Serie A y la Champions League con el Milan.
A lo largo de los años lo hemos podido ver como una de las caras de múltiples organizaciones benéficas, con donaciones y formando parte de campañas de concientización. Desde 2004, además, tiene su propia organización dedicada a ayudar niños necesitados en Brasil y en todo el mundo. Se trata de la Fundación Kaká, que se enfoca en áreas como la educación, la salud y el bienestar social de los niños desfavorecidos.
Qué es de la vida de Kaká
Ricardo Kaká se retiró del fútbol en 2017, tras un par de pasos por el Orlando City de la MLS y una vuelta a San Pablo y ha hecho una gran fortuna desde entonces. Si bien ganó buen dinero durante su etapa como futbolista (su traspaso al Real Madrid se cotizó en casi 70 millones de euros), también ha tenido éxito fuera del fútbol.
Kaká ha completado una licenciatura en Marketing Deportivo, y tiene varias inversiones en propiedades y vehículos. Es más, su patrimonio asciende hasta unos 90 millones de dólares, de acuerdo a fuentes financieras, y divide su vida entre Brasil, Estados Unidos e Italia, países donde tiene múltiples intereses empresariales.
En relación con el fútbol, Kaká suele ser una de las leyendas que participa de partidos benéficos con frecuencia, ya que utiliza su figura en cada causa noble que se le propone. También confesó recientemente que se le había ofrecido formar parte del cuerpo técnico de Carlo Ancelotti en Brasil, entrenador que lo dirigió en Milan, pero eso quedó en la nada cuando el italiano renovó con el Real Madrid.