Pasa sus días en una celda de ocho metros cuadrados, pero la vida de Robinho tiene todos los colores. Incluso, privado de su libertad. Sí, porque a pesar que hace más de un año se encuentra en la prisión rural de Tremembé, a kilómetros de San Pablo, tras ser condenado por abusar sexualmente de una joven albanesa de 22 años en 2013, su ritmo estuvo lejos de verse condicionado. Lo demostró al comenzar a emprender con un hacker. Pero ahora fue a por más.
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Meses atrás, salió a la luz que una de las actividades sociales favoritas de Robinho en la cárcel era jugar al fútbol, con la particularidad de hacerlo utilizando botines prestados. En paralelo, cuida el huerto, participa de un club de lectura, proyecta un emprendimiento de apuestas deportivas junto a Walter Delgatti (hacker condenado por vulnerar sistemas del Consejo Nacional de Justicia) y arregla televisores y radios tras capacitarse en tecnología.
Aunque, entre tanto dinamismo, encontró un hueco libre: se pasó del otro lado del mostrador y se convirtió en entrenador. Inesperado, pero real. Según reveló la BBC de Brasil, el ex jugador de Real Madrid y Milan asumió el rol de DT del Tremembé Esporte Clube, equipo conformado por internos acusados de abuso.
Se trata de un combinado que disputa con frecuencia partidos informales frente a otro grupo de reclusos, los cuales se dividen según el delito por el que cada preso fue condenado. Tal particularidad llegó a bridar compromisos de “asesinos contra violadores”, según expresó el periodista Ulisses Campbell.
Incluso, el cronista agregó que el nuevo cargo de Robinho escaló al punto de permitirle ganarse el respeto del resto de presos y, así, convertirse en un referente deportivo. Aunque también le trajo beneficios a sus dirigidos. “Piensa en el privilegio de estar en una cárcel, te gusta el fútbol y eres entrenado por un crack como Robinho“, contó. A la vez, detalló que el número de visitas de la cárcel aumentó un 30 por ciento ante el deseo de familiares y amigos de reclusos que buscaban autógrafos del ex futbolista.
Lo cierto es que, mientras su notoriedad carcelaria crece masivamente, Robinho viene de sufrir un duro revés judicial que se antepone a su búsqueda de obtener la libertad condicional por buena conducta.
Cómo avanza el proceso judicial de Robinho
Durante la última semana de agosto, el Supremo Tribunal Federal rechazó la solicitud de libertad presentada por la defensa del brasileño de 41 años y ratificó que deberá continuar cumpliendo la sentencia impuesta por la justicia italiana. La defensa había sostenido que la ley de migración brasileña usada para validar la condena impuesta en el Viejo Continente fue sancionada después del delito por el que Robinho fue juzgado, acusando una aplicación retroactiva prohibida por la legislación brasileña.
Sin embargo, seis de los once jueces del Supremo votaron a favor de mantener preso al delantero tras considerar que sus abogados intentan reabrir una causa que se encuentra cerrada, lo cual no está permitido a través de este tipo de recursos legales.
Vale recordar que la vida de Robinho dio un brusco giro cuando en 2017 fue condenado a nueve años por el Tribunal de Milán, al verse hallado culpable por abusar sexualmente de una joven albanesa en una discoteca de la ciudad italiana, junto a otros cinco hombres brasileños. La sentencia a nueve años quedó firme en enero de 2022, aunque recién ingresó a prisión en marzo de 2024, cuando Brasil homologó el fallo ya que su legislación impide la extradición de ciudadanos.
