Lugar común si los hay apodar como Diablo a un Echeverri. Marco Etcheverry, este con “t”, fue el mejor jugador boliviano de la historia y llevó a su seleccionado a disputar el Mundial de Estados Unidos 1994. Lo apodaban el Diablo, no por malicia, sino por volver loco a sus rivales. Fútbol sudamericano en estado puro: toque y gambeta.

En 2017, con tan solo 10 años, Claudio Echeverri llegó a las inferiores de River. Un pequeño chaqueño lleno de ilusiones arribaba a una de las escuelas de fútbol más prestigiosas de Argentina. Comenzó a llamar la atención en las divisiones infantiles y automáticamente, sus compañeritos y entrenadores cayeron en la fácil: apodarlo Diablito.

Diablito, en modo “súper niño”

Su llegada a River se produjo gracias a los cazatalentos de River Claudio Otermín y Daniel Brizuela, ambos quedaron maravillados con una prueba de jugadores que hicieron en Chaco. Claudio tenía todo lo que necesitan los enganches, posición en peligro de extinción, gambeta, pase y cerebro. A eso puede sumarle velocidad y una buena pegada.

Jorge Gordillo, su entrenador en octava división lo definió como: “Es un jugador con una técnica muy buena, con mucha personalidad. Tiene muy buena pegada. La verdad es que es un jugador que tiene un gran futuro. Ojalá que a medida que vaya creciendo vaya evolucionando y progresando. Lo principal es que tiene mucha técnica, y en el mano a mano es muy fuerte”.

Cuando llegó al club en 2016, Claudio no dejaba de ser un nene. Hoy, acaso, también lo es. Por una cuestión obvia el extrañar a sus padres iba a ser algo normal. En el club supieron manejarlo de buena forma. El Diablito no quería quedarse en la pensión, él anhelaba estar con sus papás: Domingo y Rosa.

La 10 le sienta muy bien al Diablito Echeverri

Por eso, River les alquiló un departamento en la zona de Martínez. Domingo iba y volvía a Chaco y Rosa lo acompañaba a todas partes. Sus hermanos se quedaron en Resistencia, la capital chaqueña.

Pero la primera vez que el Diablito se hizo viral fue en el Venice Champions Trophy, un torneo infantil que disputó en 2017. Hizo un gol de otra categoría contra la Juventus. Pero no fue el único ese día, anotó tres más y repartió una asistencia. Instantáneamente, los medios y las redes lo tildaron del “nuevo”, en este caso, Messi.

Siguió escalando en las inferiores de River y comenzó a ser tenido en cuenta en las selecciones juveniles argentinas. Pero, a mediados del 2022 sufrió una fractura en una vértebra que lo alejó de las canchas por un tiempo.

Pero una virtud del Diablito es la personalidad. Pablo Férnandez, integrante del cuerpo técnico de la novena de River hace un tiempo recordó: “Como persona es un chico extraordinario. Siempre ubicado, respetuoso, con predisposición para aprender y muy buen compañero. Esto lo destaco, ya que no es fácil manejarse cuando desde tan chico se lo señala como un jugador diferente o un pichón de crack”, explicó. Y continuó: “Claudio tiene los pies sobre la tierra y sabe muy bien que debe seguir aprendiendo mucho, para poder evolucionar y llegar a Primera”.

Pero el boom Echeverri, sin dudas, fue en 2023. Antes de eso ya había debutado en reserva, en octubre del 2022, con gol incluido a Patronato. Todo eso con 16 años. Este año entrenó con el seleccionado mayor cuando estuvo en el país durante marzo y se sacó una foto con Lionel Messi. El posteo que realizó fue corto: “Sueño cumplido”. Como su fuera poco, Ángel Di María elogió al chaqueño luego de ese entrenamiento: “Al Diablito se lo vio bastante picante, tiene mucho para dar”.

Posteriormente, la rompió toda en el Sudamericano Sub 17 disputado en Ecuador . Pero tras un triunfo contra Venezuela habló sobre a cerca de la presión que siente: “Estoy muy tranquilo, pensando mucho acá, ayer estuve hablando con mi familia sobre este tema, me están pasando muchas cosas y siendo tan chico la verdad que a veces como que siento mucha presión de la gente, es lo que me toca y tengo que convivir con eso, pero a veces me estresa o me cansa por así decirlo”. Y agregó: “Tengo que tratar de convivir con esto que es un montón pero también estoy bien acompañado por mi familia, los que me rodean. Así que muy feliz también”.

Argentina terminó tercero en ese Sudamericano y Echeverri se despachó con cinco goles. Cabe destacar que la otra figura albiceleste fue Agustín Ruberto, también de las inferiores de River.

A su llegada, River le puso una cláusula de 25 millones de dólares y piensan subirla a 50. Además, el entrenador de la primera, Martín Demichelis lo subió a primera para que entrene y fue convocado para el Superclásico del pasado 7 de mayo contra Boca, aunque no integró el banco de suplentes.

Echeverri es una de las nuevas promesas del fútbol argentino, aún es un adolescente. Pero algo cierto hay, en Argentina salen futbolistas de hasta abajo de las piedras.