Si bien la idea inicial de esta entrevista exclusiva a Juan Manuel Leroyer era hablar sobres sus experiencias en el extranjero y seguir conociendo las vivencias de los argentinos en el exterior, es inevitable realizar este apartado para recordar una insólita experiencia que tuvo en el fútbol argentino; más precisamente en Mandiyú de Corrientes.

Cuando corría el año 2014 y los argentinos nos lamentabamos por la final perdida ante Alemania, Juan Manuel Leroyer tenía otros asuntos en la cabeza ya que, por una mala gestión del Deportivo Grecia, no podía regresara Ecuador pese a tener ofertas de la Primera División. Algo que lo terminó depositando en el Albo.

Y pese a que en mayor o menor medida la experiencia en el equipo correntino fue positiva gracias a compartir vestuario con un gran plantel o a las anécdotas que algunos viejos integrantes del club le contaban sobre Maradona y su paso por ahí, a los cuales “se les caía la baba por Diego”, al defensor le tocó vivir un momento realmente insólito.

Según relató en esta entrevista exclusiva con Bolavip Argentina, el plantel de Mandiyú una visita no tan especial cuando jugaba los playoffs para ascender del Argentino A a la B Nacional: “Jugamos algunos partidos mal y nos vino a apretar la barra. Nos terminamos agarrando a trompadas”, comentó recordando un momento totalmente increíble.

Una situación en la previa a un partido en la que “más o menos doce personas” fueron a presionar al plantel sin mucho éxito: “nosotros eramos entre 18 y 20, los concentrados, y terminaron huyendo”. Todo esto después de recibir algunos ladrillazos por parte de los hinchas.

Una acción que según Leroyer “estaba armadita” ya que los barras de Mandiyú”tenían algunos permisos especiales”. Además, algunas semanas después y como el equipo quedó eliminado un mes antes de finalizar los contratos, los jugadores recibieron nuevamente la visita de los barras pero en sus casas.

En un hecho sin precedentes, al menos en los tiempos modernos, la dirigencia mandó a que le roben a los jugadores: “Como teníamos cheques por cinco meses, pero quedamos afuera al quinto, la presidencia mandó a la barra para que nos robe los pagos en nuestros departamentos”, comentó Juan Manuel sin todavía creerlo del todo.

Este momento de locurallevó a los jugadores a huir por las ventanas de las habitaciones para poder quedarse con su dinero: “golpeaba y derribaban las puertas, todo mal“, soltó uno de los exceptuados ya que desde el club querían que continúe.

Pese a todo esto, Juan Manuel también se llevó cosas de Mandiyú: “Era increíble el apoyo de la gente. Jugamos partidos con casi 25 mil personas en el estadio”, recordó impresionado por la representación y el amor por los colores que rige en el interior del fútbol argentino.