Ángel Di María no solo fue el primer campeón del mundo en disputar un clásico de Rosario después de coronarse como tal, sino que además fue autor del golazo de tiro libre que le dio a Central una agónica victoria 1-0 ante Newell’s que se celebrará largo y tendido en Arroyito.
Fideo, que este año cumplió con la decisión de volver a casa que tenía tomada hace mucho tiempo, terminó recibiendo la ovación de todo el gigante mientras sus compañeros lo paseaban en andas como el héroe que soñaba ser, porque los grandes futbolistas siguen soñando incluso cuando pareciera que ya lo han cumplido todo.
Con la emoción a flor de piel, después del primero de los muchos festejos que tendrá la noche para él, Di María repasó todo lo que le tocó vivir antes de poder vivir un clásico que será inolvidable para todo el pueblo Canalla: “Sufrí mucho hace un tiempo, porque quería cumplir el sueño de poder estar en el Gigante cada fin de semana y disfrutar de esto con mi familia. Sinceramente no tengo palabras para agradecerlo. Sé que muchos me putearon en su momento, porque no sabían lo que yo sufrí. Esta victoria es para ellos, especialmente para mi mujer, mis hijas, que sufrieron conmigo“, comenzó diciendo.
Sobre la responsabilidad de hacerse cargo del tiro libre que definió el clásico, contó: “Mi jermu me había dicho que cuando tenga alguna lo haga (darle un beso a la pelota). El destino es así. La vida me llevó por muchos lados y terminé volviendo a donde soy feliz de verdad”.
Y agregó: “No tengo palabras. Jamás pensé que iba a poder hacerlo. El encargado de los tiros libres es Nacho (Malcorra), pero hoy me dan la oportunidad de poder hacerlo también. Hoy su zurda pasó para mi zurda y terminamos convirtiendo el gol que es lo importante”.
Un sueño más
Agradecido, pero difícil de conformar, Ángel Di María todavía se guarda un último sueño por pedirle al fútbol, que reveló al ser consultado por si había algo más en el tintero: “Ser campeón con Central”, dijo sin dudarlo. Y sus palabras son promesa para el hincha.
