San Lorenzo 3 x San Pablo 2 (Copa Mercosur 1998): En un partido vibrante y por la última fecha del grupo A de la primera edición de esta Copa internacional San Lorenzo se impuso por 3 a 2 al equipo paulista, luego de remontar una desventaja de 0-2 que parecía definitoria. Los goles del Ciclón fueron de Gorosito de penal y del “Beto” Acosta en dos oportunidades. Con el resultado San Lorenzo terminó segundo del grupo, avanzando a los octavos de final y eliminando al San Pablo que finalizó tercero. SL: Passet; Ameli, Tuzzio, I. Córdoba; Lussenhoff, Galetto, J. Borelli (luego Basavilbaso), Gorosito (luego Rivadero); Estévez y A. Acosta (luego A. Coria). DT. Alfio Basile.
San Lorenzo 1 x San Pablo 0 (Copa Mercosur 1999): Por el grupo C de la segunda edición de esta Copa, San Lorenzo volvió a compartir grupo con el San Pablo y como en una ironía del año anterior volvió a jugar en el Bidegain en la última fecha del grupo, eliminando otra vez a los paulistas con un solitario gol de Lucas Pusineri. San Lorenzo fue primero de su grupo y avanzaría como el año anterior hasta semifinales. SL: Campagnuolo; Tuzzio, I.Córdoba, Ameli; Pusineri, Michelini, Morel Rodriguez, Carlos Moreno (luego Gallardo), Romagnoli; Estévez y Romeo (luego Saric). DT: Oscar Ruggeri.
San Lorenzo 1 x San Pablo 0 (Copa Libertadores 2015): Como campeón de la Copa Libertadores 2014 al Ciclón le tocó la dura tarea de defender su título en un complicado grupo ante dos equipos brasileros (Corinthians y San Pablo) y el uruguayo Danubio. En el inicio de las revanchas y en un partido parejo y disputado, San Lorenzo obtuvo un triunfo por la mínima con un golazo espectacular del uruguayo Martín Cauteruccio, que se fabricó una definición notable en una corrida luego de que Mauro Matos se la baje impecablemente de cabeza. A pesar de la gran victoria el Ciclón no logró avanzar a los octavos de final. SL: Torrico; Buffarini, Caruzzo, Yepes, E. Mas; Mercier, Kalinski(37m Quignon); Mussis(59m H. Villalba), S. Blanco, L. Romagnoli(64m Cauteruccio); Matos. DT: E. Bauza.
POR LEANDRO D'AMBROSIO