Firmó y saltó a la cancha, todo en apenas 48 horas. De estar jugando en el Senior de Vélez, Héctor Canteros firmó con Sacachispas y debutó en el empate ante San Martín de Burzaco, con el que empataron 1-1. Una nueva etapa para el volante, cuyo último equipo había sido Camioneros, en el Federal A.

Tras jugar los playoffs del torneo en octubre del 2024, Tito no volvió a jugar oficialmente hasta este debut en el club de Villa Soldati que milita en la Primera B y que tras jugarse la primera fecha del torneo está ubicado en la 10ma posición. En la primera ronda de este 2025, el Violeta terminó 20° y por eso necesita sumar puntos para salir de la zona roja del descenso.

No es un barrio extraño para el exVélez. Creció en la Villa Pirelli, en Mataderos. Y durante muchos años jugó al fútbol por plata en barrios cercanos. “Era chico cuando empezaron a llevarme a los partidos por plata. Yo tiraba caños y siempre tenían que saltar los más grandes a defenderme. En Ciudad Oculta a veces terminaban a los tiros“, contó en varias entrevistas.

Canteros firmó y al otro día jugó como tiutlar. Foto Sacachispas.

Hasta los 14 años, Canteros jugó en las Inferiores de San Lorenzo y viajaba con su mamá hasta Soldati para luego caminar hasta la Ciudad Deportiva del club, hasta que lo dejaron libre. Tito venía de un hogar extremadamente humilde: seis hermanos, mamá costurera y papá albañil y empleado de una fábrica, con jornadas de 12 horas. Con su primer sueldo, contó, les compró una cama.

Antes de eso, jugaba por plata o juntaba el mango recolectando cobre, aluminio y cartón con su abuelo. “Juntando cobre y aluminio me pude comprar mis primeras canilleras y me duraron hasta llegar a debutar en Vélez”, contó en Tiempo Argentino.

Llegó a Vélez casi de casualidad: su tío, que tenía un puesto de diarios, tenía como cliente a Alberto Fanesi. Dos semanas después, Tito se fue a probar a la Villa Olímpica. Ese día cambiaría su vida para siempre. Fichó para la Séptima y no pararía hasta obtener nada menos que tres títulos con la V azulada en el pecho.

El gol que le dio la victoria a Vélez ante Arsenal. Foto Vélez.

Fue campeón del torneo local en el 2009 -la polémica final con Huracán-, en el 2011 y de la Supercopa Argentina en el 2013 (ante Arsenal y con un gol suyo). Fueron en total 134 partidos, con ocho goles y otras 16 asistencias. Allí compartió equipo con un campeón del mundo: contó que con Nicolás Otamendi recibían un viático de apenas 25 pesos cuando empezaron a jugar.

Un año inolvidable

El 2011 fue sin dudas su mejor año en el Fortín. Mientras que en el primer torneo alternó banco y cancha (Vélez fue subcampeón), ya para la segunda mitad del año estuvo mucho más adentro que afuera. Con Ricardo Gareca como entrenador, se convirtió en pieza fundamental. Y el equipo se quedó en la puerta de algo más grande: semifinales de la Libertadores 2011, semifinales de la Sudamericana 2011 y cuartos de final de la Libertadores 2012.

Pero no sólo eso: también recibió su primera citación a la Selección. Fue para los Superclásicos de las Américas, los amistosos que se jugaron en aquel 2011 bajo la dirección técnica de Alejandro Sabella, que aprovechó para citar a muchos futbolistas del torneo local.

Tito fue titular en ambos (empate sin goles y 0-2 de visitante). Pero el resultado fue lo de menos: Canteros recibió elogios varios después de los partidos. “Me gustó el 10, distribuyó muy bien”, dijo Ronaldinho. “En ese momento no caí. Ronaldhino estaba en su mejor momento y me había elogiado. Recién con el tiempo me di cuenta de la importancia”.

No fue el único que lo destacó por sobre el resto: “Canteros es un jugador que me gusta mucho y lo vengo siguiendo, es una especie de Pirlo. Fue de lo mejor”, dijo Pachorra. Estaba en lo más alto. El entrenador lo elogió después del partido: también le dio la 10. La camiseta 10 para enfrentar a Brasil.

“El Burrito Martínez me dijo que no me hiciera drama, que solo la habían usado Maradona, Messi y Tevez. Y me cargaron bastante”. Y agregó: “Cuando me dan la 10 estábamos en la habitación y yo le quería decir que no me de la 10, no sabía cómo decirle”.

Salir al mundo

Tras esa temporada triunfal, pegó el salto a Europa para jugar en Villarreal, aunque apenas lo hizo en 12 partidos, perjudicado por una lesión. Volvió a Vélez para dar otra vuelta y otra vez al avión. Esta vez el destino fue más cerca: el Flamengo de Brasil, a cambio de 2 millones de dólares. Fueron dos años y 96 partidos, aunque sin títulos.

Canteros en el Senior de Vélez. Foto El Show de Vélez.

Hubo un tiempo en el que estuvo en boca de todos: “Me buscaron, hablé con gente de River cuando volvió D’Alessandro y cuando estuve en el Villarreal, de Boca preguntaron por mí. Hablaron con mi representante, pero sólo quedó en eso”, relató. No pudo ser.

Vélez, Chapecoense y un nuevo destino: el Ankaragücü de Turquía. Firmó justo antes del encierro por el covid y la pasó bastante mal. “Me peleé con el club por falta de pago en plena pandemia. Y sentí que me había retirado. ‘¿Qué hago ahora? Sólo sé jugar al fútbol’. Hoy les digo a los chicos que estudien, que hagan algo más. El fútbol son 15 años, como mucho, pero después la vida sigue. Estuve seis meses en mi casa: me levantaba, entrenaba y después ya no sabía qué hacer. ‘Si me toca hoy retirarme, no sé qué hacer’, le decía a mi señora. El profe y el nutricionista me pasaron unos libros, empecé a involucrarme más en la lectura, a meterme en otros mundos. El fútbol en un momento se corta, no sos un médico que estudia y se perfecciona y trabaja toda la vida. Acá, no. Si no estás preparado ni hiciste una diferencia económica, tenés que arremangarte y salir a laburar”, le dijo a Tiempo Argentino.

Ahí pegó la vuelta: Patronato, Platense, otra vez Brasil y después su llegada a Camioneros, en el Federal A. Y ahora, otra vez con la pelota en los pies, mientras se divertía jugando algunos partidos en el Senior de Vélez, apareció la chance de jugar en Sacachispas, de seguir despuntando el vicio con la pelota a los 36 años.

El objetivo está claro: mantener la categoría. Y seguir pateando, claro.