La Selección Argentina se vio envuelta en uno de los escándalos de los Juegos Olímpicos que más perdurará en el tiempo, luego de haber sido obligada a reanudar su partido suspendido ante Marruecos por invasión de campo y agresión a sus futbolistas en el que el marcador fue modificado por una acción de VAR que demoró más de una hora en ser resuelta.
En medio, el clima hostil con el que Francia recibió a la delegación albiceleste, no solo en el fútbol sino en otras disciplinas como el rugby. Todo este combo nos invita a pensar, ¿esto se trata de un Argentina contra todos?
Lo cierto es que la reacción del público marroquí presente en el estadio Geoffroy-Guichard de Saint-Etienne se dio tras el gol agónico del equipo de Javier Mascherano que suponía el 2-2, arrojando botellas e incluso fuegos de artificio al campo de juego con la intención de detener el compromiso.
Como si fuera poco, teniendo en cuenta en el país donde se están desarrollando los Juegos Olímpicos 2024, la relación entre las parcialidades de Argentina y Francia se tensó más allá de la final del último Mundial de Qatar debido al escándalo que protagonizó Enzo Fernández por acusaciones de racismo tras entonar una canción en los festejos de la Albiceleste en la Copa América.
Eso sí, nada justifica el trato violento que hoy vemos entre hinchas o habitantes de los países mencionados. Lógicamente, se espera que el COI o parte de la organización utilice este caso como motivación para tomar medidas que prevengan cualquier tipo de acción que ponga en riesgo tanto la integridad de los deportistas como de los espectadores.