Para nada normal fue el cierre de semestre en River. Horas antes de jugar contra Boca por los cuartos de final de la Copa de la Liga, comenzó en el plantel un brote de coronavirus que se fue agrandando con el paso del tiempo y terminó haciendo que por Copa Libertadores, en el duelo ante Independiente Santa Fe, Enzo Pérez deba ir al arco para cubrir a todos los contagiados en dicha posición.
Uno de los que dio hisopado positivo antes de tener que presentarse en la Bombonera fue Matías Suárez, y el delantero habló con Cadena 3 de Códoba después de volver a las canchas ante Fluminense, en la derrota por 3-1 que de igual manera tuvo final feliz, ya que Junior no pudo romper el cero en su partido y de esa manera el Milonario se clasificó a octavos de final como segundo de su grupo.
“A mí me queda mucha tos, mucho dolor de cabeza, el médico nos dijo que con el tiempo se nos iba a pasar. Ni siquiera pudimos entrenarnos con nuestros compañeros.Estos días lo pasé mal, es una pena que se siga jugando, pero nosotros tenemos que dar la cara todos los días como si fuéramos robots”, dijo con bastante fastidio sobre el poco tiempo de recuperación que tuvo antes de tener que jugar otra vez.
Luego, hizo referencia al fallecimiento de Gustavo Insúa, el histórico chofer del micro que traslada a River de un lugar al otro: “No teníamos mucha relación con el chofer,pero hacía las cosas muy bien, nos repartía alcohol en gel, andaba con máscara para no contagiarse. Da mucha tristeza, nos pegó muy fuert. Así como le pasó al chofer le pasa a mucha gente, y le puede pasar a cualquier jugador, porque somos todas personas.Para mí, el fútbol no se tendría que jugar. Igual, que diga esto no cambia nada”.
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Para cerrar, hizo referencia a la importancia que tiene Marcelo Gallardo puertas adentro, y expresó: “Uno se puede llevar mejor con un entrenador u otro, entender más o menos.Marcelo me hizo ver que podía dar mucho más en los partidos, yo perdía la pelota y me quedaba, como que terminaba la jugada y aprendí bien esa recuperación rápida”.