Maracanazo en Brasil. Lisa y llanamente Maracanazo. Así como Uruguay en 1950, Argentina pisó realmente fuerte en el mítico estadio de Río de Janeiro, donde se encontró frente a frente con los anfitriones por la gran final de la Copa América.
Es que, en la primera parte, Rodrigo De Paul deleitó a propios y extraños con una asistencia definitivamente maravillosa que dejó a Ángel Di María absolutamente solo de cara al arco defendido por Ederson. Y su definición fue magistral.
El hombre de Paris Saint-Germain resolvió por arriba del arquero y desató la locura de la parcialidad visitante. Posteriormente, ese marcador no volvió a moverse y Argentina resitió hasta el final para gritar campeón en el Estadio Maracaná.
En ese momento, Neymar, la gran figura del fútbol brasileño, rompió en llanto y se vio envueltos en lágrimas de tristeza por un rotundo fracaso del seleccionado comandado tácticamente por Tité. Una imagen que no demoró en recorrer el mundo.