En la previa de la última fecha FIFA, en la que la Selección Argentina venció a Uruguay como visitante y goleó a Brasil en el Más Monumental, el entrenador Lionel Scaloni tuvo varios dolores de cabeza debido a las lesiones de distintos jugadores que no pudieron estar presentes.
En este contexto, el DT de la Albiceleste comenzó a observar a otros futbolistas para que sean variantes y acudir a ellos, tal como sucedió con Facundo Medina, Benjamín Domínguez o Santiago Castro. Además, sondeó a otro jugador que fue buscado por River y Boca, pero que no pudo estar por un problema extrafutbolístico.
Según pudo saber Bolavip, antes de dar la lista de convocados, Scaloni se comunicó con Valentín Gómez, el defensor central de 21 años que se desempeña en Vélez, pero por el problema que sufrió el futbolista en los últimos meses finalmente no pudo estar en la citación.
Debido a esta situación, Scaloni llamó al defensor del Fortín para comunicarle que desde su cuerpo técnico lo están siguiendo de cerca para convocarlo por primera vez a la mayor, pero como estuvo sin actividad en los primeros meses del año, no lo llamó para esta doble fecha de Eliminatorias.
A lo largo de este conflicto, Valentín Gómez tuvo que entrenar en un parque en Italia, debido a que como Vélez no recibió el dinero para transferir al jugador, nunca le dio el permiso para que se pueda sumar a las prácticas del Udinese, y cuando colapsó la negociación regresó al país.
Los dichos de Valentín Gómez por su pase fallido a Udinese
“Eso también es culpa de la dirigencia de Vélez. Si bien el primer responsable es Foster (Gillet), obviamente, no les costaba nada mandarme un permiso para entrenar a contra turno. Me tuvieron 10 días llorando en una habitación sin poder entrenar”, comentó el defensor en diálogo con la prensa luego de su primer partido con Vélez, en lo que fue la victoria ante San Martín de San Juan por 1 a 0.
Además, tiempo después en una entrevista con Líbero, programa emitido por TyC Sports, Valentín Gómez siguió con su descargo, donde comentó: “Llegué a no sentirme jugador de fútbol. Fueron momentos muy complicados, vivíamos el día a día sin saber qué iba a pasar”.
“La forma en la que se manejaron no fue justa. La renovación del contrato iba a ser por un año y me pidieron que sea por dos porque les servía en lo político. Yo podría haber esperado seis meses más e irme libre”, continuó.
“Llegué un miércoles, me sumé al plantel el lunes y cuando Marcelo Bravo me llamó para hablar, le dije que si me necesitaba iba a estar. Fue un tema de pelea en mi casa porque mi familia me decía que corría un riesgo grande de lesionarme por la poca preparación que tenía”, culminó.
