Boca comenzaba el viaje rumbo a la ilusión de la séptima Copa Libertadores en Colombia, donde tuvo que subirse al avión y jugar ante Deportivo Cali, un equipo contra el que tuvo históricos enfrentamientos y la mayoría de ellos, positivos. Sin embargo, en esta ocasión el partido le cayó al Xeneize como un baldazo de agua fría.

 

Tras un primer tiempo lleno de desconcierto y sin mucho peligro generado, los dirigidos por Sebastián Battaglia saltaron al complemento con la premisa de intentar quedarse con el resultado en tierras cafeteras, pero nada pudo hace ante la imprecisión propia y la buena defensa del local.

Zeballos y Óscar Romero fueron de lo mejor en Boca, intentando llevar el juego a la zona de peligro rival y buscando el arco constantemente, pero no pudieron flaquear la valla del conjunto de Cali y por eso el marcador xeneize quedó en cero. No como el de los dirigidos por el venezolano Rafael Dudamel, quienes se quedaron con la victoria por 2 a 0.

 

Producto de un centro espectacular desde la derecha, Guillermo Burdisso puso el 1 a 0 en el marcador con un cabezazo imposible de atajar para Agustín Rossi, haciéndose presente la inexorable ley del ex. Y cuando el contexto no podía ser peor para Boca, Jhon Vázquez sentenció el duelo con el segundo tanto del partido, con un gol donde falló la marca en el equipo de la Ribera.

Sin dudas, no solo el resultado fue preocupante, sino que también el juego mostrado por los comandados por Sebastián Battaglia dejó que desear y plantea la duda de algo que se pensaba en la previa del arranque de la Libertadores: ¿Está Boca preparado para ser candidato a la Copa así? A priori, parece que hay mucho que mejorar para creer en eso.