River Plate viene desplegando un vuelo futbolístico un tanto irregular, no solamente a nivel doméstico sino también en el plano continental. De todas maneras, el Millonario cosechó dos victorias en sus primeros dos partidos en la CONMEBOL Libertadores y viene de derrotar a Rosario Central por la Copa de la Liga Profesional.

Precisamente, hace poco más de una semana, con el Estadio Monumental de Núñez como testigo y como escenario, el equipo comandado tácticamente por Martín Demichelis recibió a un Canalla que salió al verde césped con un once alternativo. Así las cosas, River no la pasó bien y debió esperar hasta el cierre para dar vuelta la historia e imponerse por 2-1.

De esa manera, los de Núñez se volvieron a colocar de buena manera en la tabla de posiciones de la Zona A de la Copa de la Liga. De todos modos, todavía no tienen asegurada la clasificación hacia los cuartos de final de dicho certamen local, por lo que cuentan con la obligación de diagramar un resultado positivo ante Instituto de Córdoba.

Bajo esa órbita, este lunes, por la decimocuarta y anteúltima fecha de la presente instancia de la Copa de la Liga, River visitó a la Gloria en Alta Córdoba con el anhelo de poner los dos pies en la próxima etapa. Había promesa de buen espectáculo y también de encuentro picante y de alto voltaje ante un rival siempre complejo.

Y, tal como se imaginaba, River trató de hacerse dueño de la pelota y de las acciones en un terreno hostil. Sin embargo, los dirigidos por Diego Dabove se mostraron muy activos, dejándolo todo en cada pelota. Así fue como llevaron complicaciones de forma constante para la portería visitante defendida por Franco Armani.

Tal es así que, promediando la primera parte, Instituto tuvo a su disposición un tiro libre muy peligroso. Damián Puebla lo ejecutó y su disparo se estrelló en el travesaño, para luego desaprovechar una oportunidad inmejorable en el rebote por parte de Miguel Brizuela. Sin embargo, instantes después encontraría la apertura del marcador.

Es que, en esa salida, Paulo Díaz exigió de forma exagerada a Rodrigo Villagra, quien no pudo resolver de la mejor manera. De hecho, perdió la pelota y terminó cometiendo penal. Allí fue cuando el propio Puebla se hizo cargo de la pena máxima, cruzando el remate y desatando la locura de todos los aficionados locales.