La historia de Patrick Cruz en el fútbol está plagada de altibajos, afortunadamente con una actualidad feliz. El delantero de 31 años hoy está asentado en Tailandia , pero tuvo que pasar por un camino difícil para encontrar la estabilidad económica y emocional con una pelota bajo el pie.
El nacido en 1993 tuvo un inicio de carrera a la par de figuras mundiales. Es que surgió de Sao Paulo, dónde compartió equipo con jugadores de la talla de Lucas Moura y Casemiro. Incluso, llegó a tener el mismo salario que ellos en sus primeros años como profesionales.
Antes de su debut en Primera, cuando aún vestía la camiseta del Tricolor, a Cruz le ofrecieron la posibilidad de jugar para Parma con un contrato mayor al que percibía. Sin embargo, decidió quedarse en San Pablo para perseguir su sueño de triunfar en Brasil y jugar en la selección.
Corinthians compró su pase en 2013 y el plan parecía ir a la perfección. Pero las lesiones y una operación por apendicitis le hicieron perder terreno que no recuperaría en el equipo. Al final de su contrato buscó la continuidad en el fútbol brasileño y ya no encontró sitio.
Para colmo, todo el dinero que había ganado en Corinthians se esfumó mes a mes. Las fiestas de la noche paulista hicieron que se perdiera y que gastara cada real que ingresaba a su cuenta: “Me equivoqué un poco, primero porque tenía un contrato muy bueno, y cuando eres joven con un contrato muy alto, piensas que nunca te quedarás sin dinero”.
“Piensas que todos los meses tendrás ese dinero. Entonces podría estar ganando R$ 50 mil y gastaría R$ 50 mil, podría estar ganando R$ 100 mil y gastaría R$ 100 mil. Todos los meses terminaba con cero reales”, explicó a Ge Globo, años después de aquel mal momento.
Se endeudó a gran profundidad con su madre y luego con su tío, que hizo un gran esfuerzo económico para intentar recuperar su carrera. El familiar de Cruz le pagó un viaje a Emiratos Árabes Unidos para que pudiera probarse en algunos clubes de allá, pero tras algunas semanas debió regresar con las manos vacías.
Su trabajo en una fábrica y la oportunidad de Indonesia
Lejos del fútbol, agachó la cabeza y se consiguió un trabajo en una fábrica de bolsas de plástico con el objetivo de pagarles lo adeudado a su madre y tío. Fue en ese momento que una increíble oportunidad se le presentó para volver a calzarse los botines.
El Mitra Kukar de Indonesia estaba interesado en contar con sus servicios para un torneo de tres meses. Sin dudarlo, accedió a pesar del temor y la rompió con 7 goles en 9 partidos. Aquella actuación le abrió las puertas del mercado del sudeste asiático.
Pasó por las ligas de Malasia, Rusia, Vietnam y Malta, hasta llegar a Tailandia, dónde hoy milita en el Pattaya United. Adaptado completamente a la cultura del país, compartió que también pasó momentos complicados como cuando recibió una fuerte golpiza junto a su hermano.
En una fiesta en Tailandia, los confundieron con otras personas y los atacaron violentamente: “”Se juntaron como 30 o 40 personas contra nosotros dos. Nos golpearon de arriba abajo y en ese caso casi nos morimos, porque me abrí la cabeza y mi hermano se rompió ambos brazos. Tuvimos que nadar casi 1 kilómetro para sobrevivir. Empezamos a nadar hacia un punto azul que parpadeaba: era un barco”.
“Luego un tipo en ese barco nos llevó a un médico en otra isla. Al hospital llegó gente a golpearnos nuevamente. Comenzaron a saltar la puerta. Pero llegó la policía, se separaron, todo se calmó”, relató sobre aquella traumática secuencia.
Patrick Cruz vive un presente positivo en Tailandia
El camino fue duro y hoy logra la tranquilidad con la pelota en sus pies del otro lado del planeta. A sus 31 años, deja para más adelante los ofrecimientos de la Serie B de Brasil para priorizar lo económico y asegurar su futuro, el de su esposa y sus hijos.
“Hubo caminos más difíciles, seguro. Pero si muero hoy o mañana, mi vida fue muy buena. Estoy muy agradecido por todo lo que vi con estos ojos aquí. No viví algunos sueños, pero cumplí otros que ni siquiera sabía que había soñado”, reflexionó el delantero.