Era noviembre de 2019. Alexis Salinas aún jugaba en la reserva de Arsenal de Sarandí. Sabía que le quedaba poco para dar el salto antes de subir a la primera del equipo que meses antes había ascendido a la primera división de nuestro fútbol. Pero todo cambió de un momento a otro...

Un auto blanco se paró justo delante de la peluquería en la que se encontraba 'ranchando' con sus amigos y abrió fuego contra ellos. Uno de los balazos impactó en su rostro y él cayó completamente abatido. En sus propias palabras, creyó que su vida había terminado.

El lado positivo es que el defensor pudo sobrevivir. Tenía por aquel entonces 22 años y una vida entera por delante. La noticia llegó rápidamente a los medios, que no pintaban el mejor pronóstico para el joven, quien recibió el apoyo de todo el plantel dirigido por Sergio Rondina.

“Hace un mes me dieron el último diagnóstico y me dijeron que ya no iba a poder volver a ver. El ojo derecho, que era el que tenía más posibilidades de poder recuperar algo de visión, quedó ahí. No hay otra cosa por hacer", dijo a mediados de 2020. La carrera de Alexis había terminado y su esperanza de volver a ver, también.

Una llamada hizo revivir algo en el interior de Salinas. Del otro lado del teléfono esperaba Martín Demonte, entrenador de la Selección Argentina de fútbol para ciegos. El cuerpo técnico de Los Murciélagos quería contar con los servicios del marcador y hacerle sentir, una vez más, la llama de estar dentro de una cancha de fútbol.

Un video de Signature Short Films muestra cómo es hoy el día a día del hoy integrante del plantel del combinado dos veces campeón del mundo. "Cuando volví a la cancha, volvió todo. Me trajo felicidad a mí y a mi familia", concluye. Hermosa historia de superación.