Un verdadero dolor de cabeza se ha transformado este 2022 para Universidad de Chile y su itinerante localía. Partidos suspendidos, Delegaciones Presidenciales que niegan la realización de los encuentros, alcaldes que no quieren recibir a los azules , entre otras y que han obligado a los azules hacer de locales en Santa Laura, Valparáiso y Talca.
Sin duda, es algo que desean borrar del archivo en La Cisterna por esta situación y si bien ya piensan en el Clásico Universitario ante la Católica en lo que marcará el regreso de los universitarios el coliseo ñuñoíno luego casi un año y medio el próximo 27 de agosto, hay algo que deben resolver antes que todo.
Y eso será el partido ante Cobresal, válido por la revancha de los octavos de final de la Copa Chile, cotejo que se tiene que disputar el próximo lunes 22 de agosto a las 18 horas y según la programación de la ANFP aparece en recinto por confirmar.
Sin embargo y según averiguaciones de Bolavip, Universidad de Chile ya hizo la solicitud del Estadio Elías Figueroa Brander de Valparaíso y este ya se encuentra agendado y solo falta que Azul Azul reserve dicha solicitud.
Aunque y como es habitual, en la dirigencia azul tienen que enviar el plan respectivo de seguridad a utilizar durante la jornada y posterior a eso, esperar la resolución de la autoridad regional, como tambien de carabineros, situación que fue favorable aunque con aforo más reducido cuando los estudiantiles recibieron a Ñublense el pasado 17 de julio en el mismo recinto del Cerro Playa Ancha.
Algo que podría conspirar en la no realización del partido es que éste está programado en día lunes y en horario ya en que se debería jugar con luz artificial, algo que siempre ha complicado a quienes deben dar visto bueno a este tipo de partidos y determinar si será o no con público en las butacas.
En lo inmediato, la U prepara su viaje para Curico donde el próximo sábado deberá medirse ante el cuadro local en un nuevo examen del equipo de Diego López intentando salir del fondo de la tabla.