Monterrey venció a Tigres por 2 a 1 en el marcador global, y así conquistó su cuarta Concachampions.

Este campeonato tendrá un sabor especial para los dos equipos regios, ya que el clásico se dio en la definición y dejará huella en la historia de ambos conjuntos.

A continuación, presentamos los cuatro factores más trascendentes que desembocaron en un nuevo trofeo en las vitrinas del blanquiazul.

El gran rendimiento defensivo:

En la serie, los Felinos no pudieron demostrar su enorme poderío ofensivo, como si lo habían hecho en llaves anteriores. El equipo de Diego Alonso presionó muy arriba en muchos minutos de ambos partidos, pero cuando tuvo que replegarse no sufrió tanto como se esperaba.

Nicolás Sánchez:

El defensor, además de aportar solvencia y voz de mando en la zaga defensiva, fue también el más determinante en el área contraria: marcó los dos goles de su equipo en la Final. Además, pudo haber anotado un doblete en el partido de ida, pero su remate se estrelló en el palo.

Marcelo Barovero:

Al igual que con los balones que iban hacia su arco, el argentino despejó todas las críticas que venía recibiendo hace tiempo. El primer partido fue fundamental para mantener el cero en su arco, y en el segundo duelo le sacó una pelota memorable a André- Pierre Gignac contra un palo. Actuación deluxe.

Que Gignac no sea de la partida en ninguno de los dos partidos:

El campeón siempre tiene virtudes que lo llevan a consagrarse y a superar al resto, pero también necesita una cuota (algunos equipos más que otros) de suerte. El delantero francés demostró porque es el mejor jugador de México en los pocos minutos que le tocó jugar en el segundo juego, por lo que nos quedará el interrogante de saber que hubiese ocurrido si llegaba a este cruce en óptimas condiciones físicas.