Desde la llegada de Gerardo Martino al banquillo, México encauzó un barco que venía en mal nivel. Sin embargo, el camino hasta allí no fue fácil.

El interinato de Ricardo Ferretti no fue nada bueno: a un mal funcionamiento del equipo lo acompañó una plaga de malos resultados que derribaron todo lo bueno que se había logrado en el último Mundial.

"Cuando estaba el interinato no trabajábamos ningún día. Hacíamos cascarita, tenis balón, muy poca cosa. Y así, a este nivel, es muy difícil ganar sin una idea, sin una filosofía", comentó Guillermo Ochoa.

Por otra parte, el portero comparó ese momento con el actual: "Nos sentimos bien, confiamos en lo que nos dice (Martino). Creemos mucho en su idea de futbol y lo demostramos el otro día ante Ecuador".

México parece haber salido del letargo y se perfila como uno de los candidatos a ganar la Copa Oro. Sin embargo, las secuelas continúan.