Sólo dos años le alcanzaron a Patricio Hernández para ser considerado como uno de los mejores diez argentinos que vistieron la playera de Cruz Azul. En febrero último, el club hizo una lista y agregó al talentoso zurdo que llegó a México en 1988 para brillar en su primer campeonato con 27 goles en 37 partidos. Ganó el premio al mejor jugador,  pero le faltó el título: en aquel año La Máquina cayó ante el América en la final. 

 

En plática con Bolavip, Pato recordó su trayectoria como futbolista azul, confió en la inocencia de Billy Álvarez ante las acusaciones en su contra por lavado de dinero, criticó a las fuerzas básicas a raíz de la experiencia de su hijo Bautista en 2017 y además opinó sobre la mentalidad del jugador mexicano tras su paso como entrenador en Santos. 

¿Cómo se dio tu llegada a Cruz Azul?

Yo estaba en Argentinos Juniors y la verdad es que me dieron un dinero que en ese momento considero muy importante y por eso recalé en México. El primer año fue muy lindo y estuve un segundo año. ¿Qué tiene México? Para mí el gancho fue que ahí se coronó Pelé, se coronó Maradona, estuvo Bilardo, Pachamé, Raúl Madero, el profe Echeverría. Entonces para mí el Azteca tenía la atracción simbólica del futbol.

¿Qué significó jugar en el estadio Azteca?

Fue un sueño que quería cumplir en mi vida y lo cumplí. Nosotros jugamos una final con el América que había casi 130 mil personas que hubo mucha más cantidad de gente que la final entre Argentina y Alemania y que Brasil e Italia. Fue una sensación hermosa hacer de local en el Azteca con un equipo tan importante como Cruz Azul, llegar a esa final fue algo hermoso porque nosotros teníamos un gran equipo y el América tenía un equipo formidable, extraordinario. De los mejores América de décadas. Entonces fue muy emotivo, muy lindo, jugué muy bien al fútbol ese año. 

¿Qué faltó para ganar esa final con el América?

Yo creo que el América tenía un equipo extraordinario. Tenía un número 10, el negro Santos que era un crack para Europa. Y tenía un equipo muy sólido, de mucha experiencia. Yo creo que nos faltó una pizca de oportunismo, regalamos el primer gol. El primer gol, Pablito Larios, que en paz descanse, quiere dar una pelota y se la entrega a Zague y nos hacen el primer gol, después tuvimos un par de palos nosotros, o sea que fue una final que perdimos 3 a 2 en el partido de ida e íbamos ganando 2-1 en el partido de vuelta que con uno más pasábamos nosotros, no llegamos y empatamos 2-2. Pero fue una final hermosa, vos fíjate que fueron ocho goles en dos partidos, los dos a campo lleno, fue una final muy linda, muy bien jugada también por Cruz Azul, nada que reprochar.

¿Ese equipo de Cruz Azul tenía una identidad propia?

Tenía una identidad propia, sí. Porque el mediocampo prácticamente titular era todo de Cruz Azul: Duana, Romero y Porfirio Jiménez y un chico Cuevas adelante, muy bueno. Ahora jugamos la final y al otro año se incorporaron 10, 12 jugadores. Entonces no se mantuvo la identidad, la base. Y tal es así que no clasificamos a la Liguilla. O sea que de un campeonato a otro habíamos cambiado mucho. En ese sentido el fútbol mexicano es muy cambiante en cuanto al mercado de pases.

¿Cómo fue como directivo Billy Álvarez?

Billy Álvarez, un señorazo. Extraordinario. Es un hombre que sabe de fútbol. Me trató de maravillas, me hizo sentir que México era mi casa, que Cruz Azul era mi casa y siempre me trató de una manera extraordinaria a mí.

¿Qué te generan las sospechas sobre Billy?

Me da un poco de tristeza porque yo interpreté que Cruz Azul es una gran familia, una gran cooperativa, pero bueno, muchas veces tantos años, tantas décadas porque está prácticamente de toda la vida porque el padre fundó la cooperativa, estar en una cementera tan importante hace muchas veces que haya muchos problemas políticos. Pero seguramente se aclarará en su momento y yo confío plenamente en Billy Álvarez, en que es una persona de bien.

¿Pueden pesar los 22 años sin ser campeón en la Liga MX?

Sí tiene un peso específico, aunque sean jugadores nuevos va a teniendo un peso específico porque la gente se pone más nerviosa en los primeros partidos, si no estás en la punta empiezan un poco a criticar, el periodismo hace mucho hincapié en esa sequía, los problemas políticos con los dirigentes ocasionan otro daño, pero bueno, yo digo que Cruz Azul es grande, muy grande, salga campeón o no.

¿Cómo fue la experiencia de Bautista en las fuerzas básicas de Cruz Azul?

Fue malísima porque él y todos los compañeros llegaban los fines de semana muy, pero muy cansados. Habían trabajado tanto, tanto en la semana que llegaban destruidos. Entonces una manera de trabajar bien es saber dosificar. Hay un trípode que se basa la carrera del jugador que es trabajo, nutrición y descanso. Yo creo que en ese sentido en fuerzas básicas de Cruz Azul le erraban en la cantidad de trabajo que tenían en la semana que los chicos no llegaban en buenas reservas de glucógeno para el fin de semana. Cruz Azul desgraciadamente en las fuerzas básicas hay mucha burocracia. Para mi criterio está lejísimos, pero lejísimos de cómo se entrena y como se juega acá en Argentina. Dan muchas ventajas y es un gran pecado porque invierten los clubes mucho dinero, pero no ponen gente idónea en la materia, entonces desperdician muchos jugadores.

¿Notaste que el jugador mexicano debe mejorar la mentalidad?

Yo te diría que el jugador mexicano tiene muchas comodidades. Ya ellos tienen primer contrato con 20, 21 años y ya te vienen con unos coches último modelo, ganan muchísimo dinero y no están acostumbrados al rigor de la competencia. Entonces yo creo que el dirigente mexicano, es como que le tiene cierto temor al jugador que se le enoje, entonces empiezan a ser muchas veces más importantes los entrenadores y ahí es donde viene un poco esa falta de exigencia. Tal es así que yo fui a dirigir a México al Santos de Torreón y tenía un jugador ahí, Benjamín Galindo, que no quería entrenar en doble turno y él te tiraba el grupo para atrás. Y claro, eran jugadores que eran veteranos, que tenían mucha experiencia y “no, que este pinche argentino”, todo porque no les gusta cuando le ponés mucha exigencia. Había algunos jugadores, como el caso así que te nombré, que estaba más hechos, más veterano y les costaba más. Pero el grupo en líneas generales era trabajador. Trabajaban y trabajaban bien, eran serios, responsables, muy profesionales, pero había algún jugador de más experiencia que no querían tanta exigencia.

¿Sentís el reconocimiento de la gente de Cruz Azul?

Si, porque a mi me agarró con muchísima experiencia el paso mío por Cruz Azul. Lo disfruté, disfruté entrar al campo de juego, del estadio el domingo, disfruté la semana, tengo buenos amigos. Y sí, considero que jugué muy bien al fútbol, muy bien al fútbol, que así como yo recuerdo con mucho cariño no solamente a Cruz Azul, sino a todo México, a todo su folclore, a toda su música, a todo su colorido, a toda su historia, ellos tienen un buen recuerdo de Patricio Hernández futbolista. Y agradecerles por tanto cariño, tanto afecto que me dieron y que yo también lo recuerdo con mucha alegría