El caso de Renato Ibarra pasó por diferentes instancias. Una vez que salió del reclusorio tras una semana de detención, Lucely Chalá retiró los cargos que lo acusaban por violencia de género e intrafamiliar. Sin embargo, la condena social quedó asentada y todavía se puede leer en los usuarios de las redes.

Con un pie fuera de América, y a la espera de la determinación final por parte de Emilio Azcárraga y compañía, el ecuatoriano agotó su última esperanza para permanecer en Coapa. Grabó un video disculpándose públicamente e intentó ganarse, no solo a los aficionados, sino también a las autoridades.

Lastimosamente para él, la jugada le salió mal. "La directiva analizó muy bien los comentarios y el impacto. Al ver que el termómetro se reventó por el lado negativo, no tuvieron más que darle las gracias porque sabían que la sociedad no les iba a perdonar", publicó Toque Filtrado en su columna del jueves.

Por esa razón, y sabiendo del interés del Atlas por tener los servicios de un futbolista de su calidad, se aceleraron las negociaciones. Ibarra tendrá la segunda oportunidad que tanto pidió en el video de su perdón pero no en el Nido, sino que a más de 500 kilómetros de distancia, en Jalisco.

Sin embargo, y de acuerdo a la información de Mediotiempo, la era del ecuatoriano en las Águilas aún no terminó y tiene fecha de repatriación: "La idea es que vaya un año al Atlas, que brille y una vez que las aguas se hayan calmado, que regrese a Coapa a cumplir con su contrato que es hasta junio de 2023".