Antes que nada hay que aclarar que Debinha, la dueña de la 10 de North Carolina Courage, no necesita de la ausencia de otras grandes figuras para lucirse. De hecho, la pasada temporada no solo aportó un gol en la final para la coronación de su equipo, sino que además fue elegida como la MVP del torneo.

Pero también es cierto que ausencias como la de Megan Rapinoe, ganadora del último Balón de Oro, y Marta, para muchos la mejor jugadora de todos los tiempos, le habían bajado algo de expectativa al inicio del que es el primer torneo profesional por equipos que se desarrolla en Estados Unidos desde que comenzó la pandemia. Podrían sumarse también ausencias como la de Alex Morgan, que fue mamá por primera vez, o Ali Krieger.

Y la realidad es que no. No se quedó corta la Challenge Cup que ya comenzó a transitar su segunda jornada. Ya desde el mismísimo partido inaugural, las campeonas de North Carolina demostraron que están en condiciones de repetir, apoyándose en la magia de Debinha, la otra crack brasileña que tiene la NWSL.

En aquel debut, con victoria 2-1 ante Portland Thorns, la 10 abrió el marcador, anotándose el primer gol del torneo. Anoche, en su segunda presentación, asistió para uno de los dos tantos de Lynn Williams, que ya es goleadora del certamen con tres dianas.

Pero más allá de un gol y una asistencia para rellenar las estadísticas, Debinha practicó en los dos partidos un fútbol total. En cada control, en cada desmarque, gambeta, cesión o tiro al arco se empecinó en dejar en claro que es una jugadora diferente.

Curiosamente, en ninguno de los dos partidos fue elegida por la organización como Woman of the Match. No lo necesita. Ella sabe que el Courage marcha a su ritmo. Y que con este ritmo, difícil que alguien pueda arrebatarles el título. Falta mucho, pero...