El jueves pasado, y, a diferencia de lo que muchos imaginaban, Boca Juniors tuvo un rendimiento notable en territorio ajeno y se quedó con tres puntos de oro al derrotar a Libertad de Paraguay por 2-0 con un doblete de Eduardo Salvio.

De esta manera, el equipo de Miguel Ángel Russo, que no viajó a Paraguay para este partido, se trepó a lo más alto de su zona en la Copa Libertadores de América, relegando a los de Ramón Ángel Díaz a la segunda colocación.

Sin embargo, no hay descanso para el Xeneize: el próximo jueves deberá visitar a Independiente Medellín en Colombia por la cuarta fecha de la fase de grupos. Se topará así con un equipo que aspiraba a más pero que, por el momento, está decepcionando.

Y, pensando en este partido a desarrollarse en el Antioquia, Boca pudo recuperar a Lisandro López, que dejó atrás el coronavirus. Igualmente, en el plantel hay otras piezas importantes que siguen con complicaciones y no podrán estar.

En ese contexto, Russo tomó la determinación de no arriesgar a dos jugadores que siguen recuperándose de problemas físicos. Se trata de Julio Buffarini, que tiene molestias musculares, y Ramón Ábila, que presentó un desgarro.

Esta determinación del experimentado entrenador de Boca no es un capricho: días después, en condición de local, el equipo que aspira a levantar su séptima Copa Libertadores volverá a verse las caras con Libertad, pero esta vez en Buenos Aires.