Habiendo dejado en el camino a sus correspondientes rivales en los cuartos de final de la Copa Sudamericana 2014, River y Boca sacaron turno para disputar unas semifinales históricas a las pocas semanas. Teniendo que definirse la serie en el Estadio Monumental, el primer cruce, en consecuencia, se disputó en la mítica Bombonera.

Teniendo una de sus primeras pruebas de fuego como director técnico de La Banda, Marcelo Gallardo, sin que le temblase siquiera un poco el pulso, decidió conformar su delantera para el encuentro de ida con Teófilo Gutiérrez y nada más ni nada menos que Giovanni Simeone. Con una edad más que prematura, el hijo del ex futbolista argentino tendría la difícil tarea de hacerse responsable del ataque de La Banda junto a su par colombiano.

Aunque vio acción en poco más de una hora de cotejo, Gio, que salió reemplazado a los 64' por Lucas Boyé, rememoró este jueves con cierto cariño una de las series más tensas disputadas por River y Boca en los últimos tiempos. Recordando el día en el que se enteró que iría de titular en la Bombonera, el artillero confesó: "Ni yo me lo esperaba, me imaginé que no iba a tener espacio. Mora no se presentó en ese entrenamiento y Gallardo me dijo que iba a jugar".

"Fue un momento muy importante porque me di cuenta que tenía que jugar. Sabía que tenía que demostrar todo lo que tenía y era difícil. En dos noches no dormí, estaba re cagado. Había que dormir la siesta y era imposible, de los nervios me acuerdo muy poco de ese momento. La previa la sufrí, después en la cancha mucho menos", continuó el actual hombre del Cagliari en diálogo con TNT Sports.

Saltando al grado de violencia con el que se vivió el cruce de ida por el certamen internacional, el atacante argentino, poniendo como a Leonardo Ponzio y Leonel Vangioni como principales protagonistas de la jornada en cuestión, cerró: "En ese partido era todo pelea. Ponzio y el Piri Vangioni le pegaban a todo, veían una media de color azul y le pegaban y a mí me encantaba. Me sentía en mi salsa".