Después de la salida de Alejandro Sabella, siendo subcampeón del mundo en el Mundial de Brasil 2014, Gerardo Martino se hizo cargo de la Selección Argentina y superó las expectativas: llegó a la final de la Copa América 2015 y a la final de la Copa América 2016. En ambas perdió con Chile y en ambas por penales. Muy cerca de la gloria.

Sin embargo, después de la última final, donde Lionel Messi había renunciado a la Albiceleste, el Tata encaró al conformación del plantel para los Juegos Olímpicos de Río 2016. Remó en dulce de leche contra una dirigencia que estaba totalmente a la deriva y con un fútbol argentino que para colmo le sumaba cemento a la mezcla. Y sí, se cansó de remar, tiró los remos y se bajó del bote.

En una entrevista con CDF, Martino, quien actualmente está al frente de la Selección Mexicana, habló justamente de su salida del conjunto nacional: "Desde lo futbolístico estoy conforme con lo que pasó en Argentina porque jugamos dos finales. Desde lo futbolístico lo que se veía era muy esperanzador", empezó diciendo.

Igualmente, agregó: "Me tocó vivir una época difícil desde lo dirigencial y motivo por el cual no había muchos motivos para seguir perteneciendo". Además, aclaró: "Creo que la AFA se ha ordenado mucho. Se ha empezado a gestar un recambio de jugadores lógico, por eso veo a la Selección Argentina con un buen futuro. La generación a reemplazar es de las mejores en la historia del fútbol argentino".

Por último, se animó a confesar: "Me quedaron las ganas de poder ser el entrenador de Argentina en el Mundial de Rusia, claro que sí". Tras de su salida, la Albiceleste sumó a Edgardo Bauza, quien duró muy pocos partidos, y después a Jorge Sampaoli, quien tuvo una pésima Copa del Mundo. Con él, tras un mal inicio con Ecuador, la Selección había quedado tercera: se fue y estuvo al borde del repechaje o, peor, la no clasificación a Rusia 2018.