Como si fuera una Guerra Fría en el siglo XXI, la decisión de Estados Unidos de imponer un boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 encontró aliados. Socios estratégicos en un mundo globalizado que impone como máxima tejer alianzas y trazar vínculos por conveniencia. Y el deporte, por más que los puristas se esfuercen denodadamente en postular lo contrario, no escapa a esta lógica maquiavélica que reivindica que “la política no tiene relación con la moral”. Bajo esta premisa, el todopoderoso y omnisciente Estados Unidos logró su objetivo: esmerilar diplomáticamente a China, su actual gran antagonista.
Ahora, el primer ministro de Australia, Scott Morrison, confirmó que este país oceánico se unirá a los Estados Unidos en el boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 y no enviará funcionarios a ese evento deportivo.
Morrison señaló que los atletas australianos “pueden asistir a la competición, pero los funcionarios del Gobierno no acudirán”. En suma, se trata de una decisión de “interés nacional para Australia” que, a su juicio, no debería sorprender debido a la ruptura en las relaciones que mantenían con Pekín en los últimos años. Su anuncio no hizo más que respaldar el planteo norteamericano, que confirmó este lunes que en respuesta “a las violaciones de Derechos Humanos cometidas por el Gobierno chino en Xinjiang“, ningún alto cargo norteamericano irá a la cita deportiva, algo que no tiene precedentes desde los Juegos Olímpicos de Verano de Moscú 1980.
Al informar sobre su decisión, Morrison manifestó su preocupación por “los abusos a componentes de la etnia uigur y la negativa de China a devolver las llamadas efectuadas por los ministros del Gobierno australiano”. Asimismo, Morrison expresó su disposición para hablar con el Gobierno chino sobre estos temas, pero criticó que esa propuesta “no fue aceptada sistemáticamente”. Por eso mismo, Morrison insistió con que “no es sorprendente” que los funcionarios del Gobierno de Australia no vayan a los Juegos de Invierno, aunque remarcó que defiende “la presencia de los deportistas del país”, por considerar que se deben separar “las cuestiones deportivas de las políticas”.

El boicot diplomático de Estados Unidos a Pekín 2022 logró más adeptos (Getty)
Así, Australia se unirá a Estados Unidos en un, dijo este miércoles el primer ministro Scott Morrison. Lo mismo hará Canadá, según indicó el primer ministro Justin Trudeau en su cuenta oficial de Twitter. También se suma a la medida el Reino Unido.
Trudeau, avisó que también se sumará al boicot diplomático. “Canadá sigue profundamente preocupada por los informes de violaciones de derechos humanos en China. Como resultado, no enviaremos representantes diplomáticos a Beijing para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno. Continuaremos apoyando a nuestros atletas que trabajan duro para competir en el escenario mundial”, expresó en un tuit.
Mientras que Reino Unido seguirá esta lógica. Boris Johnson, su primer ministro, dijo que también será parte del boicot diplomático junto con Estados Unidos, Canadá y Australia. Esto provocó una severa reprimenda de China, que dijo que los ingleses estaban tratando de difamar los Juegos. “Habrá efectivamente un boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, no se espera que asistan ministros ni funcionarios”, sostuvo Johnson. Y agregó: “No creo que los boicots deportivos sean sensatos y esa sigue siendo la política del gobierno”.
Estados Unidos y sus aliados occidentales, en rigor, acusan a China de encarcelar a más de un millón de uigures de mayoría musulmana en distintos centros de detención de Xinjiang, donde algunos exdetenidos afirman haber sido torturados, violados o esterilizados a la fuerza. En cmbio, Pekín niega las acusaciones y afirma que los campos son centros de reeducación diseñados para luchar contra el separatismo y el terrorismo islamista en la región del extremo occidental.





