Acosada en las redes sociales durante los Juegos Olímpicos de Río 2016 a partir de comentarios hirientes, tan lacerantes que la llevaron a creer que su cuerpo no se ajustaba al prototipo de una gimnasta típica, Alexa Moreno logró superponerse a las críticas y transformarlas en combustible para seguir mejorando. La gimnasta mexicana ya hizo historia en Tokio 2020 al clasificarse a la final de salto de caballo, donde competirá por medallas contra Simone Biles, máxima estrella de la gimnasia.

"Lo complejo fue darme cuenta de toda la cobertura que tienen unos Juegos Olímpicos. Era un mundo de personas. Jamás en mi vida pensé que sería así. Yo venía compitiendo internacionalmente desde hacía seis años y apenas se les ocurrió decir, '¡Ay, existe!'. Fue cuando entendí la dimensión que tienen unos Juegos", contó Alexa Moreno, quien empezó gimnasia a los 3 años porque su mamá quería que se cansara. "Y por otro lado debí darme cuenta de que había muchas personas detrás de mí que me estaban apoyando. Al final me convencí de que había hecho un buen papel, que había hecho mejores resultados de los que habíamos pronosticado, que había hecho una buena competencia. Eso era lo que valía la pena", agregó la mexicana de 26 años (cumple 27 durante los Juegos, el 8 de agosto), al sitio oficial de los Juegos Olímpicos.

La rabia, en primer momento, la diluyó en un mar de dudas. Hasta que tomó fuerza e ímpetu para imponer su verdadero talento para pasar al primer plano. Tras un receso para retomar los estudios regresó para dejar en claro quién era y que su vida deportiva no tenía techo. Porque sobre la tarima fue aún más contundente.

Volvió en 2018 y apenas nueve meses después se convirtió en la primera mujer mexicana de la historia en ser medallista en un Mundial de gimnasia. Al bronce en salto de potro que cosechó en Doha, Alexa accedió a la final de 2019, en Stuttgart, en la misma prueba, que selló su pasaporte en la élite mundial y la catapultó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Para ella, unos Juegos soñados porque se confiesa amante de la cultura oriental. "Me gusta mucho la cultura oriental. No sé por qué, pero desde pequeña me llamó mucho la atención. Supongo que por ser tan diferente de lo que conozco, de lo que estaba más acostumbrada, me llamaba mucho la atención y quería conocer más de esas culturas", explicó. Tanto le gusta que estudió japonés para poder moverse sin problemas durante los Juegos.

 

Admiradora de Simone Biles, Moreno cree que la estadounidense "es difícil para todas, nos asombra con cada cosa nueva que saca –dijo-. Tiene mucho talento y es un icono de la gimnasia como nunca antes se había visto, ¡y nada más quedan el segundo y el tercer lugar! No, pero más en serio, en unos Juegos Olímpicos puede pasar cualquier cosa, como en cualquier final. Nunca se puede dar nada por hecho, pero sí es difícil. Biles nos motiva a querer hacer cosas más atrevidas, a seguir avanzando y querer evolucionar".