En el Camp Nou, por la vuelta de octavos de final de la Champions League, Barcelona quería romper el 0-0 de la ida y azotó al Lyon.

En menos de 20 minutos, el club azulgrana era mejor y estaba más cerca del gol que su rival.

Sin embargo, el primer gol del partido llegó de la manera menos pensada: Jason Denayer se tiró a barrer en su área y Luis Suárez se zambulló literalmente.

El árbitro cobró falta, el VAR nunca lo corrigió y Lionel Messi hizo arte para adelantar al Barça.

Ante Anthony Lopes, el Diez y capitán del conjunto culé picó el penal y marcó un Panenka sensacional para el 1-0.

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