En Anfield, Liverpool y Napoli se citaron en un partido donde los locales debían ganar sí o sí y así salieron al campo de juego.

A los trece minutos, Virgil van Dijk se salvó de la expulsión por dejarle marcado los tapones de los botines al tobillo izquierdo de Dries Mertens.

A primera vista, el central del Liverpool había robado limpiamente el balón. No obstante, en la repetición, se ve como claramente van Dijk toca el balón pero después deja el pie. 

Pudo haberse quedado con diez el conjunto de Jürgen Klopp.