Nació para esto. Le encanta ser el foco de los flashes y los momentos más determinantes donde más frialdad se necesita. Hoy lo volvió a dejar en claro.

A los 85 minutos, después de un penal totalmente ingenuo de Ángel Correa, Cristiano Ronaldo nuevamente se paró como rugbier y puso a gritar a todo Turín.

Contra Jan Oblak, quien ya lo conoce de su pasado en Real Madrid, la estrella portuguesa le pegó cruzado para el 3-0 de Juventus.

 

Sí, su hat-trick remontó la serie para la Vecchia Signora. Dos de cabeza y uno de penal para el jugador más determinante de esta competición.

¡El Bicho, señores!