Pese a que el delantero argentino aseguró que está “listo para firmar”, el Inter sufre las exigencias del jugador por un aumento salarial y pretende parte de sus derechos de imagen. La intención de los italianos es prolongarle un año más, tiene contrato hasta 2018, ante la mirada de otras potencias de Europa. Cuando parecía en septiembre que la renovación contractual de Mauro Icardi con el club presidido por el indonesio Erik Thohir era un hecho, las negociaciones se fueron enfriando a tal punto de estar hoy más lejos de un acuerdo que antes. El goleador del Internazionale anhela un aumento salarial, pasar de cobrar un millón de euros anuales a 1,7, y solucionar los problemas de ambas partes sobre los derechos de imagen. Su representante, Abián Morano, ya dialogó varias veces con las autoridades del Inter por la renovación, con el objetivo de lograr acercar la cifra de su cliente a la de los mejores pagos del plantel (3,2 millones de euros perciben Palacio y Vidic), pero precisamente el punto a resolver son los derechos de imagen del argentino, una considerable fuente de ingreso para todo profesional hoy en día. Inter reclama ser dueño de la mitad de estos, pretensión que Icardi -asesorado por Morano- está lejos de conceder desde todo el último semestre. A base de goles, propio la labor de un delantero, se ha ganado todos los elogios del Calcio y un lugar primordial en el once de Roberto Mancini, quien al principio parecía no tenerlo en cuenta en un equipo que se encuentra en la onceava posición de la Serie A. Con sus 21 años es una joya para Thohir dentro del campo de juego y un dolor de cabeza fuera de él: con sus ocho goles acecha a Tevez en la tabla de goleadores y con su extrovertida personalidad hasta pide la vuelta de Mario Balotelli al Giuseppe Meazza y presiona la renovación de su vínculo profesional. Aunque el contrato de Icardi dice que el futuro del joven jugador está en Milán hasta el 2018, su gran presente lo catapulta dentro de los planes de grandes equipos como el Atlético Madrid y Tottenham y a potencias como Chelsea. La salida del delantero parece difícil en enero, pero de cara a la próxima temporada el club italiano ya pone alta la vara para aquellos interesados: no menos de 25 millones de euros.